La ansiedad es uno de los términos psicológicos más utilizados en la vida cotidiana y la mayoría de personas afirman haberse sentido ansiosos en alguna ocasión pero, ¿qué sabemos de ella?

La ansiedad es uno de los trastornos más habituales en la población general y, cada vez con más frecuencia, se convierte en compañero de viaje de muchas personas que la sufren diariamente aceptándola como algo normal, sin recabar en las implicaciones que sus manifestaciones tienen en su cuerpo y su calidad de vida.

En post anteriores te hablaba del ataque de pánico como una forma de miedo extremo que aparece de forma súbita y remite en la mayoría de los casos en minutos. Sin embargo, hay personas que manifiestan síntomas ansiosos de forma menos intensa pero continuada en el tiempo, bien de forma generalizada o bien ante situaciones específicas que pueden ser de lo más variado: a determinados animales o insectos, las alturas, fenómenos naturales como pueden ser las tormentas, espacios cerrados, las multitudes, a las situaciones sociales…

¿Sabrías decir la principal diferencia entre ansiedad y miedo? Tradicionalmente se ha considerado que mientras el miedo es una respuesta clara del organismo consecuencia de un peligro presente, la ansiedad es más difusa y tiene carácter anticipatorio ante una hipotética – y muchas veces irreal –  amenaza futura.

En el caso de la ansiedad generalizada, los afectados muestran un estado de preocupación constante por casi todo. Suelen ser personas temerosas, que tienen dificultades para disfrutar de las situaciones y para relajarse, están vigilantes de todo lo que ocurre a su alrededor y pueden padecer incluso síntomas depresivos o ataques de pánico. Además y como consecuencia de esta tensión mantenida en el tiempo, padecen también síntomas físicos como contracturas musculares en cuello y espalda, alteraciones digestivas (dolores de estómago, diarreas..) o dolores de cabeza. Si quieres saber más quizás te interese un post anterior relacionado con las consecuencias del estrés en nuestra salud.

Las manifestaciones de la ansiedad pueden ir de las físicas: temblores, sudoración, palidez, manos frías, inquietud motora, aumento del ritmo respiratorio a las psicológicas: miedo, inquietud, preocupación.. En cualquier caso la ansiedad provoca un estado de malestar que acaba afectando la vida diaria. Así pueden aparecer conductas de evitación para no afrontar aquello que se teme, abuso de alcohol o tranquilizantes, depresión, irritabilidad o incluso problemas laborales, personales y de pareja.

¿Sabías que evitar situaciones que nos dan miedo, a pesar de que a corto plazo nos sintamos aliviados, puede provocar que el trastorno se agrave y llegue a cronificarse?

Los trastornos de ansiedad más frecuentes son las fobias específicas ¿quién no conoce a alguien con miedo a volar o a las cucarachas?, a continuación los miedos sociales (hablar en público, interactuar con extraños o con el sexo opuesto) seguidos de la ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y la agorafobia, y todos ellos aparecen más habitualmente en mujeres que en hombres. 

Afortunadamente, los trastornos de ansiedad han sido tradicionalmente de los más estudiados en psicología y existen en la actualidad diferentes abordajes para su tratamiento que ofrecen magníficos resultados. Si alguna vez has experimentado estos síntomas o tienes alguna duda al respecto, no dudes en consultar.

Gregorio Serrano
Psicólogo Especialista en Psicoterapia Psicoanalítica
Psicólogo en Sevilla

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